sábado, 4 de octubre de 2014

Si no lo pensamos, no existe

O sea, tal vez la cosa exista, pero si no lo pensamos no establecemos ninguna conección con ella, de modo que no nos conmueve, y tampoco podremos construir en base a ella.

De modo que ser constructor es una actividad muy posterior al filosofar.
Hegel proclamó para la cultura occidental que sin construcción mental previa no hay realidad.
Lo que no pienso, no existe, por lo tanto, su existencia real no me afecta, no me compromete, no me exita, no me provoca.
Este es exactamente el idealismo hindú.
Brahma es el cúmulo de conceptos intervinculados que los humanos construyeron desde el principio de su actividad pensante.
Brahmán es el pensador.
Necesariamente la lógica hindú resuelve que es preciso diferenciar a los humanos en castas, ya que no es humano quién no piensa, quién no elabora criterios respecto a las cosas; quién más piensa ocupa el nivel superior.
Y la racionalidad extrema sólo es superada por la contemplación silenciosa y mística de un Orden y una Regularidad Superior que es la causa de nuestra propia capacidad pensante, que confirma y proclama rotundamente la existencia de Dios.

 No hay absolutamente nadie más creyente que un hindú.